¡ Así, cualquiera !

Se acabó el Carnaval y nos metieron en eso que llaman Cuaresma, que no es otra cosa que una prolongación de los placeres culinarios y degustativos.
Y como dentro de las celebraciones cristianas está aquello de las bodas de Canaá, convirtiendo el agua en vino. Para que podáis hacer lo mismo os propongo este enlace y ya diréis cómo os ha salido.
 El artefacto se llama Miracle Machine (con el nombre ya paga) y trabaja con la colaboración de un Smartphone, para que tengamos un vino hecho con agua del grifo.


En nuestra cultura eso de echarle agua al vino siempre fue denostado por nuestros autores clásicos del Siglo de Oro; pero, anda, que si llegan a ver esto, Don Quijote no dejaría títere con cabeza.

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