Por narices

Inventan una «nariz electrónica» que permitirá saber la calidad del vino antes de su elaboración
Valencia. Agencias
El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias ha inventado un dispositivo electrónico a través de sensores de gases que permitirá estimar la calidad de productos alimentarios en forma líquida, como por ejemplo, el mosto, el aceite de oliva, la leche o el zumo de naranja. Según Abelardo Gutiérrez, responsable del laboratorio de sensores del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, en el caso del mosto "se podrá estimar su calidad a la entrada de la bodega" y sabiendo qué uvas están en buen estado "se podrían obtener vinos de alta calidad". Abelardo recalcó que actualmente "sólo se miden los contenidos en azúcar, parámetros muy básicos que no estiman la calidad de la uva" sino que indican "el grado en alcohol que va a tener el vino final", y que gracias a esta "nariz electrónica" "se podría estimar la calidad, saber que están en buen estado". El responsable del laboratorio de sensores del IVIA comentó que su proyecto es "vanguardista". "Surge como una necesidad que hay en el sector debido a la inexistencia de dispositivos que controlen la calidad en la entrada de la bodega". Gracias a este dispositivo se podrá rechazar "la uva que está en mal estado sanitario, que va a producir seguro vinos de mala calidad". La nariz electrónica evalúa la calidad del líquido a través de diferentes sensores de los gases que emana dicho líquido. Según Abelardo Gutiérrez, "este proceso dura unos cinco minutos, por tanto es un proceso rápido, en el cual obtenemos la reacción de cada uno de los sensores de gases frente a una muestra de mosto. Estudiando esta reacción, podemos establecer el estado sanitario del mismo". Gutiérrez reconoció que en la actualidad existen "narices eletrónicas comercializadas pero son bastante caras, estamos hablando de 60. 000 euros". Además, apuntó que por una parte "no se pueden adaptar a cualquier tipo de producto aunque el fabricante diga que sí", y por otra, que el propio comprador es el que debe establecer el "proceso de selección de sensores y calibración" que es "engorroso, complejo, incluso lento". El responsable del laboratorio de sensores del IVIA señaló las ventajas de la utilización de la nariz artificial ya que optimizaría el proceso de producción de vinos de calidad: "Económicamente sería rentable porque sería un proceso rápido que se podría hacer justo a la entrada del producto, por lo tanto estamos hablando tanto de ahorro de tiempo como de dinero. Además de que obtenemos vino de buena calidad". Por otra parte, indicó que gracias a esos resultados se podría recompensar al agricultor que coseche uvas de calidad: "al agricultor se le podría pagar no sólo por el grado de azúcar y la producción, sino por una buena vendimia, por unos buenos cuidados en el campo que le haga obtener una buena uva", que vaya a producir "un vino de calidad aceptable". Abelardo Gutiérrez, explicó que como el IVIA es un centro de transferencia de tecnología están a la espera de que una empresa privada establezca "un convenio de desarrollo comercial" con ellos para que la "nariz artificial" pueda comercializarse. Cuando así sea, esta nariz artificial saldría al mercado por "un precio que estaría en los 3. 000 euros". Por lo que la bodega "la podría amortizar a relativamente corto plazo", conluyó Gutiérrez.
Leído en El decantador y copiado literalmente de http://www.abc.es/especiales/index.asp?cid=13940

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